domingo, 18 de diciembre de 2016

Un adiós en un portal

Curiosamente las formas de despedirse han cambiado notablemente desde hace algunos años, para mi gusto y desde mi humilde opinión me gustan más las de antes. Esas despedidas en un portal, en una estación de ese amor de verano acompañada de esas lágrimas desesperadas y desgarradoras que hasta notabas que te dolía el corazón. Esta es la pequeña y resumida historia de una chica sencilla pero enamorada hasta del aire que respiraba, para ella todo era especial; un café viendo amanecer, disfrutar de la agradable sensación de las sábanas limpias, esas cosas sencillas que hacían su vida grande. Pero empezaron a llegar las despedidas, que curioso, sabes que esa experiencia va a terminar pero no te haces a la idea. Una contradicción. Pero ella era feliz , viendo como se escapaba el amor de su vida cerrando los ojos escuchando el chirrido de los raíles del tren. Y se conformaba con que el destino algún día los volviera a unir. Fue creciendo, haciéndose mayor y tomando decisiones vitales. Esas que hacen que tu vida nunca vuelva a ser la misma, esas dudas, tantos cambios. Pero la esperanza seguía ahí y se encontró que las despedidas ya no eran en un portal, sino entre unas sábanas frías que no aportaban esa agradable sensación que tanto recordaba. Un adiós por un mensaje o con la forma más estúpida que han inventado de no enfrentarse a la verdad, los emoticonos. Envías un beso cuando sabes que no deseas darlo, una sonrisa cuando no te estás riendo. Esa era la realidad a la que se enfrentaba esa chica sencilla . Y poco a poco se fue acostumbrando a no saber diferenciar la mentira de la verdad, la falsedad de la palabra real y sincera. Pero no perdió la esperanza, soñaba con esa despedida en ese portal mirándola a los ojos y con ese verdadero "te volveré a ver mirándote a los ojos".

domingo, 27 de noviembre de 2016

ECOLOGIA EMOCIONAL

Últimamente entre las conversaciones de  mis amigas y yo se habla mucho de las relaciones interpersonales, en las que compartimos tal y como se define la palabra emociones o sentimientos relacionados con el amor; hay que mencionar que este ocupa el número uno en el ranking, gusto artístico o incluso interés por los negocios, totalmente descartado ya que todas somos asalariadas por cuenta ajena. Pero no quiero desviarme del tema principal. Las relaciones actuales, ya sean entre personas del mismo sexo, amigas o  enemigas, relacionadas con la familia y con el producto estrella "los hombres". Sí, ese ser animado, racional que forma parte de la especie humana también sinónimo de homo sapiens. La definición es perfecta suprimiendo los adjetivos de racional y animado. Pero no quiero desviarme ni mucho menos increpar sobre esos grandes amantes, compañeros de viaje y padres de nuestros hijos. La cuestión es !Qué tipos de relaciones existen hoy! y lo escribo de forma exclamativa porque me llama mucho la atención. Vivimos dentro de una ecología, es decir, nos relacionamos con seres vivos de una zona determinada y el medio en el que viven, pero que ocurre que invitamos a esta fiesta llamada vida a la emoción, pero considerada como adjetivo, que es simplemente y a la vez tan complicada como el reflejo de nuestro estado emocional. Bueno pues tras haber explicado para mi gusto extensamente que sujetos se integran en esta historia quiero expresar o más bien opinar mi visión de lo que sería una ecología emocional.
Para empezar, no siempre interactuamos con seres vivos de una zona determinada, quiero decir con esto que la mayoría de las veces nos lo inventamos o idealizamos para creer  que existen; en cuanto al medio en el que viven es un poco ambiguo, te encuentras homo sapiens de  25 años que se creen empresarios o al típico Peter Pan de  43 años más estropeado que la cama de un loco. Eso sí, un alma libre, surfero y con un montón de propiedades. Y dentro de toda esta madeja , que papel ocupamos nosotras. Si nos queremos el principal y si por lo contrario estamos continuamente quejándonos y fustigándonos por desear algo tan ansiadamente  el papel secundario. Pues bien, las relaciones actualmente para mi gusto son odiosas, pero no queremos  salir de ellas, es como si hubiera un poder oculto que nos dijera por las noches o sobretodo cuanto nos tomamos alguna que otra copa, escríbele no pasa nada, ¿Qué puede ocurrir?, que hagamos el ridículo. Pues vaya tela , menudo precio es el que pagamos. Esperamos y esperamos que nos abracen cuando lo que quieren es dormir a pierna suelta, miramos el móvil constantemente para ver si nos ha enviado un mensaje cuando lo que deseamos es una llamada diciendo " te echo de menos". Pero no, para ellos es como perder esa seguridad que demuestran pero que en el fondo se sienten vacíos, porque también necesitan ternura, alguien en quien confiar y una caricia. Pero nosotras seguimos analizando el trasfondo de sus conversaciones, miradas o actos. Es un trabajo y un tiempo perdido, os lo aseguro. Así que si cada uno vivimos en una ecología emocional (dos términos que creo que no son compatibles, como las mayores de las relaciones) que sea lo más divertido posible, que los homo sapiens estén tremendamente buenos porque al final no se quedarán; al menos no vemos michelines y dejemos de preocuparnos por sus necesidades y centrémonos en las nuestras, porque no hay nada más que asuste que una mujer segura y tenemos que dar miedo.
 
Por vosotras  y las horas que hemos dedicado de nuestro tiempo a estos temas y que seguiremos haciéndolo.

lunes, 18 de julio de 2016

El viaje

Siempre me he preguntado cual sería el viaje de mi vida, ese que siempre recordaría, el más perfecto, con más anécdotas que contar, con los paisajes más hermosos y la mejor compañía. Ya sé cual es, el mejor viaje es la vida. El mejor equipaje, tus recuerdos; unas risas con tus amigos, ese atardecer que disfrutas de forma improvisada. La compañía, esa gran incertidumbre que a todo el mundo les atrapa. ¿Con tus amigos o con tu pareja?, pero sin dejar a la familia atrás. Pues siento decir que en mi viaje caben todos, regalando mi tiempo a cada uno de ellos, mis besos y mis caricias al amor de mi vida. Mi medio de transporte, algo parecido a un tren, ese vagón en el que suben y bajan personas. Unas se quedan para compartir el resto de su vida contigo, otras simplemente te acompañan durante un tiempo para enseñarte y mostrarte a través de otros ojos qué es lo que te está ocurriendo. Algunas te aportarán momentos de felicidad pero a la vez tristeza, porque ella forma parte de este recorrido, la que viene acompañada del fracaso, que es simplemente una inversión de tu tiempo, para que aprendas de tus errores. Una de las cosas más difíciles que ocurren cuando preparas tu maleta es saber qué necesitarás llevarte, pues es fácil. Llénala de cosas sencillas, esa camiseta que te gusta tanto porque te hace sentir cómoda sin importar que no estés especialmente guapa,  unas risas con los amigos acompañada de unas lágrimas, ya sean de emoción, tristeza o felicidad, llénala de olores, sabores de todo tipo. Del maquillaje que mejor te haga sentir, la naturalidad. Tu mejor lápiz de labios, tu sonrisa. El calzado, ese que te guía al mejor camino. No te olvides de algo de abrigo, para notar el calor cuando echas tanto de menos a esa persona a la que quieres, ya sea un amigo, un amante, o un familiar. Pero todo viaje tiene un principio y un fin, la despedida será inevitable, aunque no triste. Que no te importe, en ese trayecto has dejado huella al igual que otras personas lo han hecho contigo, ya sea para sacarte una sonrisa o para desilusionarte, todo forma parte de tu proyecto. Así que vive, pero de la mejor manera, sin mirar atrás, aprendiendo de todas y cada una de las personas que pasan por tu vida. Haz feliz a los demás, no te quedes con las ganas, llora, ríe, canta, grita cuando lo necesites. Son emociones totalmente compatibles. Pero sobretodo camina, siempre hacia delante sin saber qué te deparará el destino, como  ese viaje que habías planeado con tanta ilusión.