domingo, 13 de diciembre de 2015

Sensación Térmica

Últimamente noto una sensación térmica en mi piel...... Quizás sea el síndrome de la mujer madura, que realmente no sé cual es, es más me lo he inventado. En una sociedad la cual califico del plástico, porque importa más si tienes un buen cuerpo, niñas operadas con apenas dieciocho, mostrándolo todo sin pudor para atraer a un hombre. Sin saber que será infravalorada por todo eso, personas que no disfrutan con una buena conversación, unas risas sanas o compartiendo dolor. Que aunque suene a trágico tiene también su momento de ternura, cuando te das cuenta que has sido escuchado y que has aprendido algo de esa charla. Una sociedad que juzga sin pudor ninguno, ya no existe el beneficio de la duda, la oportunidad de ser escuchado; que la desnudez de tu cuerpo se limite literalmente a eso a que te vean desnuda, pero no por dentro. En tu esencia, que decir la verdad salga tan caro. Es esa sensación térmica que hace que arda por dentro, que cada día me quiera más; no por ego si no por sentirme distinta. Porque me encanta las cosas simples, los amigos sencillos, porque me gusto al natural. Porque una decepción la convierto en un nuevo reto.
Menuda sensación térmica, que hace que cada vez me sienta más viva. Más diferente y no por ello mejor, sino distinta.
 
Mónica Escribano Prieto.

lunes, 7 de diciembre de 2015

Sin decir tu nombre

Escribo para ti, sin decir tu nombre. Quizás por egoísmo para que nadie sepa lo que me haces sentir tan desesperadamente, para que nadie descubra quién es la persona que me vuelve del revés con solo unas palabras. Escribo para ti, porque me imagino los lugares donde sin haberlos visitado ya hemos estado,  el olor de tu piel sin haberlo percibido, tu tacto, tu pasión y tu ternura. Las mañanas compartiendo un café o simplemente una sonrisa, mirándonos fijamente sin decir nada. Las risas, el llanto, la alegría que me das con solo darme una buena noticia. Mi sonrisa permanente dibujada en mi cara, imborrable. Por eso escribo para ti.
Dicen que la vida te cambia en un segundo, con una mirada, un gesto o un comportamiento. Así es como llegas a la mía; sin esperarlo. Y la transformas, la desordenas de una manera mágica. Y así es como ya nunca seré la misma, lo sé porque sin haberte sentido ya te he notado; sin haberte tocado ya te he sentido.

Mónica Escribano Prieto.