domingo, 18 de diciembre de 2016
Un adiós en un portal
Curiosamente las formas de despedirse han cambiado notablemente desde hace algunos años, para mi gusto y desde mi humilde opinión me gustan más las de antes. Esas despedidas en un portal, en una estación de ese amor de verano acompañada de esas lágrimas desesperadas y desgarradoras que hasta notabas que te dolía el corazón. Esta es la pequeña y resumida historia de una chica sencilla pero enamorada hasta del aire que respiraba, para ella todo era especial; un café viendo amanecer, disfrutar de la agradable sensación de las sábanas limpias, esas cosas sencillas que hacían su vida grande. Pero empezaron a llegar las despedidas, que curioso, sabes que esa experiencia va a terminar pero no te haces a la idea. Una contradicción. Pero ella era feliz , viendo como se escapaba el amor de su vida cerrando los ojos escuchando el chirrido de los raíles del tren. Y se conformaba con que el destino algún día los volviera a unir. Fue creciendo, haciéndose mayor y tomando decisiones vitales. Esas que hacen que tu vida nunca vuelva a ser la misma, esas dudas, tantos cambios. Pero la esperanza seguía ahí y se encontró que las despedidas ya no eran en un portal, sino entre unas sábanas frías que no aportaban esa agradable sensación que tanto recordaba. Un adiós por un mensaje o con la forma más estúpida que han inventado de no enfrentarse a la verdad, los emoticonos. Envías un beso cuando sabes que no deseas darlo, una sonrisa cuando no te estás riendo. Esa era la realidad a la que se enfrentaba esa chica sencilla . Y poco a poco se fue acostumbrando a no saber diferenciar la mentira de la verdad, la falsedad de la palabra real y sincera. Pero no perdió la esperanza, soñaba con esa despedida en ese portal mirándola a los ojos y con ese verdadero "te volveré a ver mirándote a los ojos".
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