jueves, 19 de mayo de 2011

"Malditos tacones"

Y volvió a caer, pero ahora la caída fue más dura por lo inesperada que se presentó. Pero por un momento pensó que había sido un "pequeño traspiés", ocurre cuando no llevas el calzado adecuado y aquellos días los tacones le habían jugado una mala pasada. Era el momento de refugiarse en su mundo irreal, el de la fantasía, el cual solo ella era capaz de entender, de sentir, de vivir. Volvió a ser princesa, bailarina, volvió a dar un concierto de violín, se convirtió en una "Menina de Velázquez". Porque no todo el mundo puede presumir de tener un banda sonora en su vida y la baronesa Karen Van Blixen tomó su infusión de la noche pensando que tras esa ventana estaba el mar, podía hasta escucharle, esas olas las relajaron tanto...... pero a la vez le dieron la fuerza suficiente para enfrentarse de nuevo y comenzar otra vez a caminar por ese sendero hacia la felicidad. En la vida si eres yunque, aguantarás, pero si eres martillo golpearás y ese martillo volvió a dar golpes, pero ahora con más fuerza.
Moni Escribano

jueves, 5 de mayo de 2011

"Me levanté con un buen presentimiento, y a pesar de todo, se ha cumplido. Que mejor forma de acabar el día viendo Memorías de Africa".
"Porque la decepción es a los sueños como los errores a la madurez"
Moni Escribano

lunes, 2 de mayo de 2011

Personas que sueñan cuando duermen en la noche conocen un tipo de felicidad que el mundo de hoy no conoce, un plácido éstaxis y la felicidad del corazón con miel en la lengua. También saben que la verdadera gloria de sus sueños residen en su atmósfera de ilimitada libertad.
Karen Blixen.

"Memorias de un sueño"

Ayer soñé que me despertaba y en mi ventana apareció un paisaje realmente precioso. Un espacio abierto dónde te puedes perder durante horas, porque esas horas transcurren lentamente, sin apenas ocurrir nada y sin darnos cuenta. Donde el tomarte un té al atardecer es casi un privilegio,  notar el frío al anochecer viendo cómo se esconde el sol para dar paso a la luna y que alumbre todos los magníficos rincones del lugar. Soñé que vivía con muy poco, pero a la vez era enormemente rica, rodeada de los que realmente te quieren y te aceptan con  tus pequeñas virtudes y tus múltiples defectos. Pero desperté y me dí cuenta que la realidad era muy distinta, ni la vista ni el entorno era el soñado. Aún así me alegré y me sentí feliz por la sencilla razón, que ya faltaba un día menos para conseguirlo.

Moni Escribano