Escribo para ti, sin decir tu nombre. Quizás por egoísmo para que nadie sepa lo que me haces sentir tan desesperadamente, para que nadie descubra quién es la persona que me vuelve del revés con solo unas palabras. Escribo para ti, porque me imagino los lugares donde sin haberlos visitado ya hemos estado, el olor de tu piel sin haberlo percibido, tu tacto, tu pasión y tu ternura. Las mañanas compartiendo un café o simplemente una sonrisa, mirándonos fijamente sin decir nada. Las risas, el llanto, la alegría que me das con solo darme una buena noticia. Mi sonrisa permanente dibujada en mi cara, imborrable. Por eso escribo para ti.
Dicen que la vida te cambia en un segundo, con una mirada, un gesto o un comportamiento. Así es como llegas a la mía; sin esperarlo. Y la transformas, la desordenas de una manera mágica. Y así es como ya nunca seré la misma, lo sé porque sin haberte sentido ya te he notado; sin haberte tocado ya te he sentido.
Mónica Escribano Prieto.
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