De un tiempo a esta parte, no escribo, no entiendo por qué las palabras de han ido, por más que busco no las encuentro. De un tiempo a esta parte, no he sabido captar su atención, no he podido atraerlas a este mundo mágico, de sueños en las que gozaban de libertad, de gratitud y fantasía. Las nombro a gritos pero no me contestan, es como si se hubieran vuelto sordas ante una clemencia. No me añoran, a mí que hasta hace unos meses vivía con ellas, formaban parte de mi vida y me acompañaban siempre. Y, ¿Qué puedo hacer yo?, una simple soñadora que necesita de ellas para existir, que sin su presencia en mi vida no soy nada,que me rescatan cada vez que pueden y me enseñan un mundo distinto, complicado pero maravilloso. Esperaré a que vuelvan, a que me necesiten igual que yo las necesito a ellas. Es por eso que no me desesperaré con el reencuentro, no desistiré hasta que las tenga de nuevo conmigo. Una nueva etapa nos espera. Alguien me ha dicho hoy sin nombrarlas que no tire la toalla; quizás ha sido en ese mensaje subliminal donde han vuelto a aparecer, a brillar. Me han devuelto la confianza. A vosotras, que supisteis rescatarme de lo profundo, que me brindasteis la oportunidad de resurgir, es a vosotras a las que os dedico mi vuelta a casa.
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