Alguien me dijo una vez que si te cruzas con una estrella fugaz y le pides un deseo, llega a cumplirse. Vi una la noche que el tren cambió su rumbo, la que tú no llamaste, la que te olvidaste de lo prometido, que siempre estarías a mi lado.Desde entonces me cuesta creer en ellas, en los deseos y todo lo irracional. Caminé largo y duro para olvidarte, pero mis pasos siempre me llevaban hacia el mismo lugar, aquel atardecer, aquellas mañanas donde el sol nos despertaba.
¿Qué ocurrió?. Quizás el futuro quiso robarle protagonismo al presente para impedir disfrutarlo. Por eso no miro al cielo y aún más si es de noche, para no enfadarme con aquella estrella y para perdonarla por haberse olvidado de mí.